Pocas cosas en la vida pueden llegar a producir una disparidad de sentimientos tan brutal en apenas cuatro o cinco días, como lo ha echo el affaire Eto'o. Muchos, entre los que me incuyo, hemos pasado en apenas una semana, de idolatrarlo como gran heroe de Paris y Roma, a odiarlo por su codicia caprichosa en el asunto Inter.Samuel es una persona que puede caer mejor o peor, pero que seguro no deja indiferente a nadie. Su llegada al F.C.Barcelona ya fue rocambolesca, con un pulso en toda regla al todopoderos Madrid de Florentino y su salida del Barça, está eclipsando, aunque parezca mentira, las presentaciones galácticas del Madrid. ¿ No os da la sensación que la llegada de Kaka fue hace ya mucho tiempo ?
Sea como fuere y en un ejercicio de justicia deportiva, hay que estarle eternamente agradecido al camerunés. Posiblemente no nos equivocariamos al afirmar que es el mejor delantero centro que ha tenido la entidad catalana en toda su historia. Le avalan los títulos, en especial las dos Champions, en las cuales tubo un papel protagonista con sendos golazos, y las ligas conseguidas, siendo pichichi del equipo año tras año. Le avala su modiente arriba, su presión asfixiante hasta el minuto 90, su hambre, su jerarquía para tirar del carro cuando ha echo falta... Es mucho lo que nos ha dado Samuel.
No todo ha sido un cuento de hadas. Sus salidas de tono, su espantá para el clásico del año pasado en el Bernabeu y su representante, son lunares que no deberían ocultar lo que ha sido una carrera exitosa y deslumbrante.
Lo malo del fútbol es que no tiene memoria a corto plazo. Dentro de unos años, nos acordaremos de él como un grande que dejó una huella más que profunda en nuestra historia. Quizá por eso a Eto'o no le importe demasiado que su imagen, estos días quede dañada. Sabe que igualar lo que él ha echo es casi imposible, sabe que siempre estará en nuestros corazones. Un día, dentro de unos años, cuando mi hijo me pregunté quien fue Samuel Eto'o, le diré, fue el mejor "9" que ha tenido el Barça en su historia.
Gracias Samuel.
