Ayer me senté ante el televisor a eso de las 21.45h para ver al atleta más rápido del mundo. Lo había hecho otras veces, con Asafa Powell, Tyson Gay, Ben Johnson o Karl Lewis... Sin embargo ayer era distinto. El jamaicano pertenece a esa estirpe de deportistas que deja una profunda huella no solo en el terreno deportivo, sino a nivel social.Cuando ayer se concentraba para la carrera, no podía dejar de pensar en los tremendos paralelismos entre Muhamed Alí y él, sobretodo en el terreno mediático. Usaín es un showman, un provocador, un alterador que entra en los hogares y el corazón de todo el mundo, a la misma velocidad que le transportan sus alas mientras recorre esos 100 metros sobre el tartán. Sus gestos provocadores, antes, durante y después de la carrera, serían ofensivos en otro, pero en él, se convierten en la sonrisa infantil de los adultos y en las bocas abiertas de los más pequeños. Ahí veo a Muhamed Alí. Cuando corre y mira atrás controlando a sus rivales, desafiandoles con altanería mientras se deja llevar para traspasar la línea de meta, estoy viendo en él al mejor Alí bailando en el cuadrilatero al son del griterio de la grada.
Dice que es el mejor, que puede correr aún más rápido, que no teme a sus rivales, pues su único rival es él mismo, su voluntad, su dedicación...
Usaín Bolt entró ayer de lleno en la historia y ya se sienta a sus 21 años junto a los Jordan,Maradona,Comanecci,Phelps,Sampras,Bubka,Pele o Magic Johnson... seres humanos tocados por la gracia de dios, aunque a veces parezcan más bien habitantes de otro planeta, que vienen para decirnos que el monolito de Kubrik, existe, que reside en la voluntad del hombre para superarse, para vencer todas las barreras. No dudeis que llegará el día en que un nuevo dios alado, alcance otro monolito mientras atraviesa la linea de meta. Ahora disfrutemos del momento y sonriamos como niños cada vez que Bolt enarque sus brazos hacia el cielo. 9'58.
