domingo, 2 de mayo de 2010

En la libertad está la clave

Muchos se preguntan cual es la calve de este Barça. Qué mecanismo es el que pone en marcha el motor azulgrana para hacerlo jugar a las mil maravillas. El juego por bandas, la presión defensiva, el tiki-taka, la ambición por la posesión, Messi, el posicionamiento defensivo de Piqué, la fiabilidad de Busquets o la visión de Xavi... Todos estariamos de acuerdo en que estos y otros muchos detalles son clave para el buen funcionamiento del equipo, aunque para mí, el elemento diferenciador es la libertad de Pep.

Libertad  que le permite hacer lo que le da la gana con el primer equipo. Si una cosa ha dejado clara Guardiola desde que tomó las riendas de la primera plantilla, es que no iba a permitir intromisiones externas. Ya sus primeras medidas, consensuadas obviamente con la cúpula directiva, marcaron una línea de actuación que hoy en día aún perdura. Sin un atisbo de duda, el técnico decidió que la época de Ronaldinho y Decó había llegado a su fin. Era el momento de otorgar los máximos galones a Iniesta, Messi, Xavi, Piqué... Con Eto'o no pudo el primer año, pero tenía claro que tarde o temprano, el camerunés debería hacer las maletas. Ni una temporada sensacional pudo impedirlo. Pep quiere controlar todos y cada uno de los aspectos que rodea a la plantilla y Samuel, aunque enorme futbolísticamente hablando, era una bomba de relojería en el vestuario. Su voz, se oia por encima de la del resto de compañeros e incluso de la del propio Guardiola. Además, Pep siempre ha gustado de delanteros altos y con buen juego de espaldas a portería. No olvidemos que su primera petición, fallida por cierto, fue la de Adebayor, que acabó sucumbiendo a los petrodolares del City.

Libertad plena ha tenido el de Santpedor a la hora de subir jugadores del filial. Sus apuestas más destacables, Piqué, Bojan, Jeffren, Alcantara, Dos Santos, Pedro y Busquets...jugadores que hace apenas 18 meses jugaban en tercera y que la semana pasada disputaban una semifinal de Champions ante todo un Inter de Milán.

Libertad para decidir quien juega y quien no. Le trae al pairo su nombre, historial o coste del fichaje. Tampoco atiende a lo que dice la prensa, el secretario técnico, el representante de turno o el propio presidente. Alineó a Henry la primera mitad de temporada, cuando todo el universo barcelonista reclamaba su suplencia. Ayer, ante el Villareal, no dudó en sentar a Ibra en beneficio de Bojan. Chigrinsky, fichaje suyo, no tiene minutos sencillamente porque no está a punto, independientemente que el Barça pagara 25 millones de Euros al Shachtar y que el propio Guardiola esté quedando en evidencia ante el club y sus seguidores.

L:ibertad para controlar por ejemplo, si se viaja a una hora u otra, el medio de transporte, los compromisos publicitarios de los jugadores, las declaraciones que se pueden o no hacer y un largo etcetra de pequeños detalles que aunque insignificantes individualmente, pueden ser determinantes en su conjunto.

Esta y no otra es la clave de este equipo. Pep trabaja con la tranquilidad de quien se sabe respaldado. No recibe consignas de nadie, ni consejos mediáticos malintencionados. Guardiola es dueño del vestuario, los jugadores lo saben y por eso, siguen a pies juntillas las ordenes de su entrenador. Aunque todo esto parezca algo obvio, la realidad, es que no lo es. Todos sabemos a lo que me refiero, ¿Verdad?
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